La toma de decisiones aeronáutica (ADM) es una aproximación sistemática a los procesos mentales que realizan los pilotos para determinar el mejor curso de acción en respuesta a las circunstancias dadas.
Como hemos visto en el capítulo anterior, a medida que avanza la tecnología y se mejoran los procesos de seguridad, el factor humano permanece igual y comete errores. Lo que continúa contribuyendo con los accidentes. Aproximadamente el 80% de los accidentes se origina en errores humanos, ocurriendo la mayor parte durante los aterrizajes (24,1%) y despegues (23,1%).
El ADM es una forma de aproximarse a la identificación de los riesgos y al manejo del estrés. Entenderlo es comprender como las actitudes de las personas afectan su capacidad de toma de decisiones y como esta conducta puede entrenarse para mejorar la seguridad.
El ADM surge hace aproximadamente 30 años como una necesidad de las líneas aéreas de reducir los accidentes producto de errores humanos. El ADM se complementa con el CRM, puesto que este se centra en el mejor manejo de los recursos de cabina, brindando la información necesaria para lograr una asertiva toma de decisiones.
En 1987 se publicaron una serie de 6 manuales sobre ADM, los cuales se convirtieron en una materia de carácter mandatorio para el curriculum de los pilotos, exigida por la Federal Aviation Administration (FAA). A diferencia de los que muchas personas piensan el juicio puede enseñarse, no es simplemente la acumulación de experiencias.
El ADM busca incorporar todos los aspectos del proceso de toma de decisiones dentro de una cabina e identifica pasos a ejecutar para lograr una buena decisión:
La gestión del riesgo es un componente muy importante del ADM, al seguir una buena práctica de la toma de decisiones se reducen e incluso pueden llegar a eliminarse los riesgos de un vuelo. Tanto sea en una cabina compartida empleando los conceptos de Complete Resources Management (CRM) o del Single-Pilot Resource Management (SRM).
Existen dos elementos que definen el ADM:
Actitudes peligrosas y antídotos: Las condiciones psicofísicas de vuelo incluyen más que simplemente aprobar un examen médico. La actitud es la predisposición de una persona para responder a otras personas, eventos o circunstancias en una manera dada.
Hay diversos estudios que han identificado cinco actitudes peligrosas, las cuales contribuyen a un pobre juicio. Pero pueden contra arrestarse una vez que son identificadas con determinados “antídotos”.
Las Cinco Actitudes Peligrosas |
Anti-autoridad: “No me digas cómo”. Es la actitud que tienen las personas que no quieren que nadie les diga que hacer. No quieren que nadie los ayude y suelen vulnerar las reglas, normas y procedimientos. |
Impulsivo: “Hazlo rápido”. Es la actitud que tienen las personas que sienten la necesidad de hacer algo rápido, sin importar que sea. No se detienen a pensar o evaluar la mejor acción a seguir. Hacen lo primero que se les cruza por la cabeza. |
Invulnerabilidad: “No me pasará a mí”. Muchas personas creen que los accidentes simplemente no les ocurrirán a ellos. Saben que ocurren y pueden afectar a cualquier persona, pero en realidad nunca creen que les puede pasar a ellos. Estas personas tienden a tomar riesgos exagerados. |
Macho: “Puedo hacerlo”. Son las personas que creen que son mejores que el resto “Puedo hacerlo, se los mostraré”. Es el tipo de personas que toman riesgos para demostrarle al resto que pueden hacerlo. Afecta a hombres y mujeres por igual. |
Resignado: “¿Para qué sirve? Son las personas que no creen que puedan hacer ninguna diferencia. Cuando las cosas van bien piensan que es buena suerte y si no es mala suerte. Esperan que el resto resuelva las cosas por ellos. |
Es el proceso por el cual se asocian los peligros con el riesgo. Entendiendo al riesgo como el conocimiento de los posibles impactos que un peligro puede causar en nuestra tarea y la estimación de sus probabilidades de ocurrencia.
El riesgo, de acuerdo a uno de los modelos de mayor difusión en el ámbito aeronáutico está compuesto por tres aspectos o componentes:
Se evalúa la exposición de cada uno de los peligros identificados en el paso anterior en cuanto a tiempo, proximidad, volumen o repetición, y posteriormente a través de la matriz de evaluación se hace lo propio respecto a la severidad y probabilidad. El resultado de este paso es la evaluación del riesgo ordenada desde la más seria amenaza a la tarea hasta la menor de las consecuencias.
Matriz de evaluación de riesgo
A través de esta matriz se puede evaluar las posibles amenazas a las tareas o vuelos que se pretenden realizar. Una vez efectuado este análisis se debe buscar las medidas apropiadas para mitigar los riesgos. Recordemos que el riesgo es una parte importante de la actividad aérea, pero no por ello debemos dejar de ser conscientes y dejarlos de lado.
Para efectuar la mitigación de los riesgos existen innumerables herramientas que facilitan el análisis y que son fáciles de recordar. Estas herramientas son sencillas de utilizar y nos permiten abordar la seguridad operacional en forma sistemática para evitar errores propios de los apuros, tan comunes en la actividad aérea.
A continuación les brindaremos algunas de las herramientas simples de mayor difusión.
IMSAFE Checklist: Es una forma rápida y sencilla para evaluar las capacidades físicas y mentales del tripulante antes de efectuar un vuelo. Se utiliza como una regla mnemotécnica:
PAVE Checklist: Esta herramienta se complementa con la IMSAFE Checklist, puesto que evalúa en forma integral toda la tarea. Al igual que la anterior, se utiliza como una regla mnemotécnica en la cual se analizan los distintos componentes de un vuelo u operación:
External Pressures: Son todas aquellas influencias externas que afectan al vuelo, como personas que esperan el vuelo, el deseo del piloto de demostrar sus capacidades o impresionar a alguien, etc.
Esta herramienta nos permite analizar la tarea o vuelo que vamos a realizar de una forma estructurada para tratar de contemplar todos los factores intervinientes. De esta forma podremos identificar los factores de riesgo para poder efectuar una toma de decisiones lo más asertiva posible.
Para estructurar la Toma de Decisiones también existen innumerables herramientas, de las cuales les presentaremos un modelo de gran difusión a nivel mundial, el modelo DECIDE:
El proceso de toma de decisiones, como hemos mencionado anteriormente, involucra diferentes pasos para poder enfrentar situaciones que afectan la seguridad de un vuelo. Estos pasos incluyen la identificación de los riesgos, análisis de los riesgos, análisis de las medidas de control de riesgos, tomar las decisiones de control de riesgos y monitoreo de los resultados.
Si bien estos procesos son complejos y se realizan a diferentes niveles, las urgencias requieren que el proceso de toma de decisiones se efectúe en forma automática. Esto requiere práctica en el proceso, lo cual se logra con la continua aplicación de la herramienta.
El modelo DECIDE ofrece al igual que otros modelos, un ciclo continuo de seis pasos que provee una forma lógica de toma de decisiones: