El estrés en la aviación
El estrés es un proceso natural del cuerpo humano, que genera una respuesta automática ante condiciones externas que resultan amenazadoras o desafiantes, que requieren una movilización de recursos físicos, mentales y conductuales para hacerles frente, y que a veces perturban el equilibrio emocional de la persona.
El entorno, que está en constante cambio, obliga a los individuos a adaptarse; por tanto, cierta cantidad de estrés es necesaria para que el organismo responda adecuadamente a los retos y los cambios de la vida diaria. Es lo que se conoce como eustrés o estrés positivo.
Se trata de una respuesta fisiológica y psicológica de una persona que intenta adaptarse a las presiones a las que se ve sometida, originada por el instinto de supervivencia del ser humano, en la que se ven involucrados muchos órganos y funciones del cuerpo, como el cerebro y el corazón, los músculos, el flujo sanguíneo, la digestión, entre otros.
Si bien en un primer momento la respuesta de estrés es necesaria y adaptativa, cuando ésta se prolonga o intensifica en el tiempo, la salud, el desempeño académico o profesional e, incluso, las relaciones personales o de pareja se degradan.
Las señales más características del estrés son:
Existen diferentes tipos de estrés, que se clasifican en función de la duración:
En la Aviación el estrés se manifiesta por el tipo de tarea que el individuo debe afrontar. El trabajo de piloto y el estrés van de la mano. La profesión de piloto es la tercera profesión más estresante según un estudio realizado por un portal de empleo estadounidense.
En la aviación, el estrés es tan elevado por las siguientes características:
Por estas razones, hay que tener en consideración el factor psicológico como un asunto de peso en nuestra profesión y es necesario desarrollar herramientas que nos ayuden a gestionar el estrés y las emociones en cabina.
Introducción a través de un accidente
El error humano es considerado, hoy en día, como una de las principales causas implicadas en los accidentes de avión, siendo el estrés un factor primordial que puede llevar a un piloto a cometer errores.
A este respecto, si bien algunos pilotos pueden hacer frente a las situaciones estresantes de forma eficaz, hay ocasiones en que la falta de capacidad para afrontar situaciones de esta naturaleza puede conllevar resultados fatales. Por lo tanto, de cara a garantizar la seguridad de un vuelo, es de suma importancia conocer de ante mano el modo en que los pilotos van a responder ante una situación de estrés.
Así lo afirma un estudio publicado en la revista Anxiety, Stress & Copying bajo el título “Individual”. Las reacciones individuales al estrés predicen el rendimiento durante un incidente crítico de aviación.
El propósito de esta investigación es el de examinar las reacciones individuales de un grupo de pilotos ante un incidente estresante simulado, y determinar cómo influyen en el control de la atención y en el rendimiento motor (manejo del avión).
Para tal fin, los autores seleccionaron una muestra de 16 pilotos pertenecientes a aerolíneas comerciales, altamente calificados y con amplia experiencia, a los que se le pidió que realizaran un ejercicio de simulación de vuelo en un avión comercial. Una vez preparado el avión para el despegue, se indicó a los pilotos en qué consistiría la prueba (un fallo del motor) y su tarea consecuente (aterrizar el avión de un modo seguro). En este punto se plantearon dos preguntas clave a los pilotos:
\”¿Cuán exigente espera que sea la tarea?\”
\”¿Se considera capaz de hacer frente a las demandas del problema?\”
Los pilotos respondieron a cada pregunta en una escala de 1 (nada) a 6 (extremadamente). La diferencia entre ambas constituía una medida del modo en que los pilotos interpretaban la emergencia: como un desafío (en el que la capacidad para hacerle frente supera a las demandas) o como una amenaza (cuando la capacidad de afrontamiento resulta insuficiente).
El desempeño de los participantes fue evaluado subjetivamente por un instructor de vuelo (que desconocía el propósito del estudio), y a través de medidas objetivas de control de la aeronave, tales como la velocidad y la trayectoria del avión, así como la mirada del piloto (controlando el movimiento de los ojos y las fijaciones de la vista durante la tarea).
Los datos obtenidos mostraban cómo las respuestas a las dos preguntas iniciales podían predecir la eficacia con la que los participantes actuaron posteriormente ante el fallo motor del simulador durante la prueba, con mayor precisión que otros factores –tales como la edad y/o los años de experiencia del piloto. De este modo, los que consideraron la situación como amenazante tuvieron una peor actuación que aquellos para los que representaba un desafío, asociándose su desempeño con un bajo rendimiento y dificultades en el control atencional.
Según señalan los autores, sus resultados son importantes debido a las implicaciones que pueden tener a la hora de garantizar la seguridad y prevenir posibles errores en trabajos en los que la seguridad es primordial, así como para mejorar el rendimiento en entornos altamente estresantes.
Ejemplos de Accidentes provocados por un mal manejo en la gestión de los factores estresantes:
Caso 1
Un accidente provocado por errores de la tripulación fue el vuelo de United Airlines Nº 173 que se estrelló el 28 de Diciembre de 1978 en Portland. El avión se estrelló porque se quedó sin combustible mientras la tripulación resolvía un problema con un engranaje del tren de aterrizaje y se preparaba para un aterrizaje de emergencia. La causa probable fue una falla del capitán por no haber controlado los niveles de combustible, al igual que los demás miembros. Esto causó la falta de combustible en todos los motores y hubo diez muertos.
Caso2
Un problema de control que ocurrió en el vuelo 401 de Eastern Airlines, que se estrelló en Florida Everglades en Diciembre de 1972.
En esta ocasión toda la tripulación estaba preocupada por cambiar una luz que se había quemado del equipo de aterrizaje y no se dieron cuenta de que el piloto automático había empezado a funcionar por sí solo. El avión empezó a caer lentamente, entonces la torre de control les preguntó: “¿cómo estaba todo por ahí?”. La tripulación que sólo le estaba prestando atención a la luz de aterrizaje les dijo que estaba todo bien y el avión continuaba descendiendo. A pesar de que el avión funcionaba correctamente, 99 pasajeros y los miembros de la tripulación fallecieron en el impacto.
Lic. en Psicología Juan Cruz GUINLE (M.N 59.428)